Relatos: CAMINO RECORRIDO. XI. (once). 11.

¡¡La madre Engracia Cegarra!!
¡Tan, tan flaquita!
Tan dulce.
Modo de expresarse traído de Cataluña. ¡Pobrecita!.
Yo lo pasaba bien con las chicas.
Lindo el colegio.
En IIº (segundo año) me puse de novia con Chichín.
Fue un año hermoso, con mi lindo noviecito ¡Que me quería!

Camino Recorrido. VIII (ocho) 8

Tercero y cuarto grados.
Madre Ángeles Belzunegui. Hizo hincapié en la ortografía.
Aprendí a redactar.
Jugaba a la pelota prisionera con nosotras en los recreos.
Se formó en mí cierta dignidad en la interpretación de los conceptos
para que las redacciones fueran aceptables.
Todos los días, cuando estábamos esperando la campana para salir, nos contaba una historia.
Eran minutos muy importantes. Además de aprender mucho, pasábamos ratos hermosos

CAMINO RECORRIDO. RELATO. VI (seis) 6

Mi visión de María Esther:
Desde ese mundo de sombras de la sordera, con la realidad alterada por el desconocimiento parcial de las cosas, realizaba actividades llenas de amor.
Nació en alguna ciudad chica del norte, ya sea de Santa Fe o Corrientes.
Su madre quedó muy joven, viuda, indefensa a causa del suicidio de su marido, cuando los niños dormían en sus cunas.
A partir de entonces ella asumió, además del suyo, el rol paterno.
Los niños vivieron normalmente, sin diferenciarse de otros chicos, siempre junto a mamá.
Ambos jóvenes estudiaron magisterio; buenos alumnos, buenos docentes, con vocación, pero en algún momento de sus vidas, tal vez gradualmente, quedaron completamente sordos.
No pudieron tener alumnos a su cargo. Pasaron a ser secretarios de la dirección: María Esther en la Nacional Nº 104 y su hermano en la Nacional Nº 44. El «Pibe» se casó con una elegante mujer de ascendencia alemana. No tuvieron hijos, por lo que años más tarde adoptaron a Cristina.
María Esther poco antes había adoptado a Memi (Noemí Alicia), quien fue educada con inmenso amor y delicadeza

Murió a los dieciocho años de una enfermedad en los riñones.
La Caja de Jubilaciones dio el retiro a María Esther cuando cumplió la edad reglamentaria.
Ella sufrió tremendamente, porque se redujeron sus ingresos.
Se dedicó a tejer, cultivar rosas, escribir, (lo hacía bellamente), además de cuidar a su niña que era la luz de sus ojos, y cursaba el secundario.
María Esther tuvo un gran amor. Un novio adorado durante más, más de cincuenta años.
¿Porqué no se casó con él?
Porque el muchacho debía cuidar a su madre. Y esta señora……¡vivió muchos años!
Una mujer tan buena tuvo que privarse de fundar un gran hogar.
Fueron siempre amantes.
Él la cuidó en sus enfermedades y operaciones, y la acompañó en sus crisis.
Ella vivió para su hombre. Nunca miró a nadie más.
La visitaba de noche.
Apagaban las luces del jardín de enfrente.
María Esther se sentaba en la salita con una labor, o una lectura.
La mamá y Memi se retiraban al dormitorio, y el novio se hacía presente, pero cuando él entraba también apagaban la luz de la salita.
Cuando este señor ya se había introducido, entonces sí, se encendía la luz de la sala, o del comedor. Quizás la del dormitorio de María Esther.
Todo en el mayor silencio,y con la más grande reserva.
A media mañana su hermano las visitaba en bicicleta- o moto.
Leía y comentaba todos los diarios, comía torta, dulces, tomaba leche.
Esta gente escuchaba todos los informativos en la radio.
Sabían mucho de política.
Comentaban la conducta de Frondizi, de Alzogaray, de la situación económica. Para ellos ninguna compañera de Memi era merecedora de su amistad.
Querían a la gente, pero desconfiaban de todos.
Eran muy generosas y buenas.
Pasaron unos años en que debió vender su linda y confortable casa,pues les resultaba una carga onerosa.
La vendió para adquirir una con poco patio en un nuevo barrio periférico ocupado por gente joven.
Allí tuvo excelentes vecinos que siempre la ayudaron y ahora la acompañan.
María Esther pudo soportar la muerte de Memi, sobrellevar la de su madre, y sobreponerse a la de su novio.
Tiene ahora (en ese tiempo), ochenta y dos años.
Vivió plenamente, con gran espiritualidad.
La visitan ls adventistas, y los sacerdotes católicos. Le dan la comunión.
Aunque no profesaba ninguna religión, se siente ahora confortada con los sacramentos.
…………

RELATOS: CAMINO RECORRIDO. V. (cinco ). 5

A una maestra de mis años niños:
Madre Concepción.
Persona multifacética.
Maestra de muchas maestras, artistas y artesanas.
Cantora melodiosa descendida de los cielos.
Elegida por el Altísimo para adoctrinar a niños, adolescentes y jóvenes.
Chistosa en las clases de catecismo, dibujo, música.
Humana, generosa y severa a la vez.
Mujer muy bella.
Quizás no cursaste nunca ninguna escuela secundaria, pero enseñabas dibujo y arte decorativo mejor que cualquier licenciado universitario.
Te ubicabas en los pupitres de tus alumnas, junto con ellas, y les explicabas a cada una particularmente, con el modelo delante, las copias de esculturas griegas, los detalles y singularidades de cada estilo arquitectónico: gótico, barroco, corintio, románico, churrigueresco, haciendo notar las características de cada escuela.
Persona carismática. Muy dotada por Dios.
Hablabas de tu España, y de»papá», «tan viejo y tan hermoso».
Dabas las clases más acabadas de religión, tanto para las pequeñas que preparabas para la primera comunión, como para las adolescentes de los cursos. Temas profundos como LA GRACIA, EL CREDO, LA FE, LAS BIENAVENTURANZAS,
Hablabas mucho de Teresa de Ávila: anécdotas de la vida de la santa.
En las exposiciones de fin de año se veían asombrosas creaciones: manteles bordados, cuadros pintados, tejidos, alfombras, trabajos en madera repujada en sillas, mesas, marcos….
¡Todo hecho con tanta humildad!
Yo no apreciaba tus calidades, Madre Concepción Legaz, española de pura cepa, castiza, símbolo y prez de una época mía que pasó, y que ahora, lejos de todo lo bello de mis años niños, evoco y venero

CAMINO RECORRIDO. RELATOS. IV (cuatro) 4

¡Qué personaje!
Se llamaba Anita Bovero de Rovasio.
De una familia muy numerosa y pobre. Ella debe haber sido la mayor, supongo.
Laboriosa, en grado extremo; ayudaba a su marido, que tenía un taller mecánico, y una muy pequeña empresa de pompas fúnebres. Hoy han prosperado y tienen sala velatoria.
Era muy linda, alegre, inteligente.
Bordaba a máquina.
Cultivaba verduras y flores, y las vendía.
Confeccionaba crisantemos de papel para vender.
Los días de los Santos y de los Difuntos, rezaba, a pedido de muchas personas, el Santo Rosario.
Dichas personas le pagaban un peso.
Tenía pensionistas.
Cebaba mates a su marido, y con un pie mecía la cuna de Carlos Horacio.
Salían. Se divertían.
Iban a los bailes.
Ha tenido bazar y mercería.
Ayudaba a todos sus hermanos.
Alguna gente la criticaba.
Decían que tenía mala conducta. Seguramente la envidiaban.
Netina murió a los ochenta y cinco añoñs.
Persona luchadora, si las hay